Si sólo en esta vida esperamos en Cristo,
somos los más miserables de los hombres todos.
(SAN PABLO, I Corintios XV, 19)
Ahora que el obispo de la diócesis de Renada, a la que pertenece esta mi querida aldea de Valverde de Lucerna, anda, a lo que se dice, promoviendo el proceso para la beatificación de nuestro Don Manuel, o, mejor, san Manuel Bueno, que fue en esta párroco, quiero dejar aquí consignado, a modo de confesión y sólo Dios sabe, que no yo, con qué destino, todo lo que sé y recuerdo de aquel varón matriarcal que llenó toda la más entrañada vida de mi alma, que fue mi verdadero padre espiritual, el padre de mi espíritu, del mío, el de Ángela Carballino.somos los más miserables de los hombres todos.
(SAN PABLO, I Corintios XV, 19)
Al otro, a mi padre carnal y temporal, apenas si le conocí, pues se me murió siendo yo muy niña. Sé que había llegado de forastero a nuestra Valverde de Lucerna, que aquí arraigó al casarse aquí con mi madre. Trajo consigo unos cuantos libros, el Quijote, obras de teatro clásico, algunas novelas, historias, el Bertoldo, todo revuelto, y de esos libros, los únicos casi que había en toda la aldea, devoré yo ensueños siendo niña. Mi buena madre apenas si me contaba hechos o dichos de mi padre. Los de Don Manuel, a quien, como todo el mundo, adoraba, de quien estaba enamorada -claro que castísimamente-, le habían borrado el recuerdo de los de su marido. A quien encomendaba a Dios, y fervorosamente, cada día al rezar el rosario.
De nuestro Don Manuel me acuerdo como si fuese de cosa de ayer, siendo yo niña, a mis diez años, antes de que me llevaran al Colegio de Religiosas de la ciudad catedralicia de Renada. Tendría él, nuestro santo, entonces unos treinta y siete años. Era alto, delgado, erguido, llevaba la cabeza como nuestra Peña del Buitre lleva su cresta y había en sus ojos toda la hondura azul de nuestro lago. Se llevaba las miradas de todos, y tras ellas, los corazones, y él al mirarnos parecía, traspasando la carne como un cristal, mirarnos al corazón. Todos le queríamos, pero sobre todo los niños. ¡Qué cosas nos decía! Eran cosas, no palabras. Empezaba el pueblo a olerle la santidad; se sentía lleno y embriagado de su aroma. Entonces fue cuando mi hermano Lázaro, que estaba en América, de donde nos mandaba regularmente dinero con que vivíamos en decorosa holgura, hizo que mi madre me mandase al Colegio de Religiosas, a que se completara fuera de la aldea mi educación, y esto aunque a él, a Lázaro, no le hiciesen mucha gracia las monjas. «Pero como ahí -nos escribía- no hay hasta ahora, que yo sepa, colegios laicos y progresivos, y menos para señoritas, hay que atenerse a lo que haya. Lo importante es que Angelita se pula y que no siga entre esas zafias aldeanas.» Y entré en el colegio, pensando en un principio hacerme en él maestra, pero luego se me atragantó la pedagogía.
Cita inicial: Alusión a conversión de Pablo Tarso. Alusión a la primera carta a los Corintios, amor a todo los seres humanos.
Enfoque narrativo: Tipo de narrador. La técnica que se usa es la del manuscrito encontrado (ya la uso Cervantes en el Quijote, intertextualidad). La carta que escribe Ángela se compara con el lazarillo de Tormes, ya que este escribió sus memorias. Ángela cuenta la historia de San Manuel y sus recuerdos.
Varón matriarcal: San Manuel reúne los principios de una madre y de un hombre. Tiene características de ambos sexos.
2. Ideas que incluiré en mi comentario: Cita de Pablo Tarso, técnica del manuscrito encontrado, alusión al Quijote, personalidad de San Manuel, narradora testigo Ángela.
3. 4. 5. Organización de las ideas y tema
Procedemos a dividir el fragmento es partes atendiendo a la organización de sus ideas:
Primera parte (cita inicial): Cita de San Pablo de Tarso de una de sus cartas a los Corintios. Se aprecia con ella que Unamuno creía en la fe como salvación en esta vida.
Segunda parte (primer párrafo desde "ahora" hasta Carballino"): Justificación de Ángela Carballino por la que escribe sobre San Manuel.
- Localización del lugar donde se desarrolla la acción. ("Dónde")
- El obispo de la diócesis de Renada está trabajando en el proceso de beatificación de San Manuel.
- Ángela se justifica en ello para escribir sobre Don Manuel.
- Introducción a la presentación de Don Manuel.
- Ángela confiesa sus memorias y relación emocional.
- Se define a Don Manuel como un varón matriarcal.
- Ángela considera a Don Manuel su padre espiritual.
Tercera parte (segundo párrafo): Descripción del padre de Ángela.
- Ángela no conoce a su padre, ya que este muere cuando ella es muy pequeña.
- El padre de Ángela era un forastero que se quedó en la aldea cuando conoció a la madre de Ángela.
- El padre trajo consigo libros como el Quijote o Bertoldo.
- La madre de Ángela no le hablo a esta mucho de su padre, le contaba más cosas de Don Manuel.
Cuarta parte (comienzo tercer párrafo hasta "embriagado de su aroma"): Descripción física y mental de Don Manuel por parte de Ángela.
- Don Manuel, un hombre de 37 años, alto, delgado, erguido, empezaba el pueblo a oler su aroma a santo por las cosas que decía.
Quinta parte (resto del tercer párrafo): Mandato de Lázaro su madre para que Ángela vaya a un colegio religioso.
- A través de una carta, Lázaro que esta en América le dice a su madre que envíe a Ángela a un colegio de religiosas.
- Aunque Lázaro no es religioso, quiere que su hermana salga de la ignorancia de la aldea.
Tema: Justificación de Ángela Carballino del escrito sobre la vida de San Manuel.
6. Resumen: Ángela Carballino nos da la justificación por la cual va a escribir sobre Don Manuel (por el proceso de beatificación de éste). Justo después, Ángela se desvía para hablar algo de su padre, del que no conoce mucho porque muere cuando Ángela aún es pequeña. Ahora Ángela pasa a describirnos a Don Manuel, física y mentalmente, y nos adelanta que el pueblo ya empezaba a oler que iba a ser un santo. Para concluir, Ángela nos habla sobre su hermano, Lázaro, quién pide a su madre que meta a Ángela en un colegio de religiosas para escapar de las estupidez de la aldea.
7. Comentario crítico: Este fragmento pertenece a la obra de Miguel de Unamuno San Manuel Bueno, mártir. Más concretamente, pertenece al comienzo de dicha obra.
Miguel de Unamuno nace en Bilbao en el 1864 y estudia filosofía y letras en Madrid. Trabajo de profesor de Griego en la Universidad de Salamanca, en la que también fue rector en 1901. Allí en Salamanca muere en el año 1936. Unamuno está considerado como uno de los intelectuales más brillantes y profundos de nuestra cultura. Perteneciente a la generación del 98, Unamuno cultivó con acierto casi todos los géneros, pero donde destaco más fue en la novela, en torno a temas relacionados con Dios, la preocupación por España o problemas existenciales. En sus noveles destacaba más el conflicto en torno al personaje protagonista que el desarrollo de la novela en sí, careciendo sus novelas, en gran medida, de planteamiento y desenlace.
En 1933, Unamuno escribe San Manuel Bueno, mártir. El escritor vasco usa la técnica del manuscrito encontrado (ya usada por Cervantes en el Quijote) para dar credibilidad a la historia. La historia de este libro es narrada por una narradora testigo, Ángela Carballino. Ángela nos cuenta la vida de San Manuel, un cura de pueblo que sin creer en Dios hace creer a los demás para que vivan felices. Pero San Manuel le cuenta la verdad al hermano de Ángela, Lázaro, ya que piensa que es la única forma de convertirlo porque a Lázaro no lo puede engañar. Lázaro aparece como el antagonista de San Manuel, pero poco a poco se "cura" de su progresismo y ayuda a éste en todas sus tareas religiosas. Lázaro muere al poco tiempo de morir San Manuel, y es cuando Ángela, a sus más de cincuenta años, empieza a contar la historia de este santísimo cura, acabando la obra circularmente tal como comenzó, aunque después de la historia de Ángela debamos mencionar tambén que Miguel de Unamuno hace un epílogo a modo de reflexión.
En este fragmento en concreto cabe mencionar la cita inicial de San Pablo, escrita por éste en su primera carta a los Corintios. Unamuno la usa para dejarnos ver que tiene fe en la existencia de otra vida, y que en esta vida no sólo debemos vivir de Dios, si es que existe Dios. También merece destacar lo importante que es para Lázaro que su hermana Ángela entre en el colegio de religiosas para abandonar "esas zafias aldeanas". En mi opinión, ser religioso o no, vivir en una aldea o una gran ciudad, sólo puede ayudar o incomodar a una persona de cara a sus objetivos o creencias. Si se cree en Dios, exista o no exista, y eso me ayuda a ser feliz y a llevar el día a día... ¿qué tiene de malo? Si mis padres son cristianos y yo no creo en esos valores... ¿qué tiene de malo? Y por supuesto, ¿qué puede influir el lugar geográfico donde vivas en tu desarrollo como persona si de verdad tienes determinación para hacer lo que deseas? Nada de eso influye fuertemente en una persona si tiene sus ideas claras y sabe lo que quiere y como lo quiere. Las personas más inteligentes del mundo no tienen por que ser de las principales potencias mundiales, pueden ser de un pueblo, y las personas más brutas no tienen porque ser de pueblo, pueden ser de ciudad... Con esto quiero decir que si a Lázaro le parecía que Ángela no se podía "pulir" como persona en la aldea, se equivocaba, al igual que se equivocó al principio con San Manuel y con la religión.
En definitiva, la religión, el lugar en el que vives o tu fe en Dios no determina la progresión de una persona que tiene sus ideales de vida claros. Claro que también hay gente que necesita de la religión para vivir, necesita apoyarse en su fe en Dios, para seguir adelante, una postura que por mi parte considero más que respetable, pero ante todo esta tu vida, tus amigos, tu futuro. Más que creer en Dios cree en ti mismo.